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Salud

Cómo identificar si un niño sufre acoso en la escuela

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El acoso escolar es una problemática que preocupa a los padres desde hace tiempo. Ser diferente, y muchas veces no serlo, puede ser una causa que motive a los compañeros a tomar de punto a alguno de los chicos. Si bien los niños que sufren acoso en la escuela suelen ser diferentes entre sí, tienen una característica común, que es que mantienen en secreto la situación. Muchas veces lo hacen por vergüenza, otras porque no son conscientes de que lo que sucede no es "normal" e incluso otras porque creen que de algún modo merecen lo que les está sucediendo.

Sin embargo, el acoso escolar puede tener consecuencias graves sobre los niños, lo cual hace imprescindible la detección temprana. Así se podrían evitar los potenciales daños psicológicos permanentes que puede ocasionar este tipo de abusos. Según estadísticas de la UNESCO, 246 millones de niños en el mundo sufren acoso en sus escuelas o en los entornos alrededor de ellas.

En primer lugar, es importante saber distinguir desde afuera -y también enseñarle al niño a hacerlo- entre una agresión puntual en un entorno escolar y el acoso. Este último se puede definir como agresión psicológica o física permanente, constante y duradera. La característica principal es el desequilibrio de poder, es decir, la víctima se encuentra sola frente a agresores y observadores.

Hay algunos síntomas que pueden ayudar a identificar este problema cuando un niño lo está sufriendo.

Cambios de comportamiento: a menudo los cambios no se dan de manera repentina, sino que se manifiestan en períodos prolongados de tiempo. Asimismo, algunas actitudes se pueden interpretar como conductas típicas de la adolescencia y, por eso, ser menospreciadas por los padres o el entorno del niño que sufre acoso. Lo que sucede en la mayoría de los casos es que el menor no quiere ir al colegio, se pone nervioso cuando tiene que hacerlo o falta a clase porque no se siente cómodo allí. Otra actitud que puede denotar acoso es el abandono de sus aficiones y de su grupo de amigos regular, al tiempo que está triste, contesta mal o simplemente se muestra molesto sin causa aparente.
Signos físicos: el niño suele "perder" o "romper" el material escolar o la ropa que lleva y no sabe cómo explicarlo.
Síntomas psicosomáticos: en muchos casos, los niños que sufren acoso en la escuela manifiestan dolores de cabeza, mareos, molestias gastrointestinales, sensación de asfixia, alteraciones del apetito o del sueño, entre otros signos. En general, los padres suelen pensar que los niños tienen algún problema físico, por lo que los llevan al médico pero los especialistas no encuentran las causas porque son psicológicas.

La detección temprana es importante, entonces, porque a medida que la situación avanza el niño puede sufrir consecuencias más graves. Es común escuchar que el acoso escolar puede hacer a una persona más fuerte, pero en líneas generales sucede todo lo contrario: el chico pierde la capacidad de hacer frente a algunas situaciones y eso se transforma en un problema mayor a medida que sigue su camino.

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