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Internacional

Maragall anuncia la reapertura de embajadas catalanas "en dos o tres semanas máximo"

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"En las próximas dos o tres semanas como máximo", el Govern de Cataluña reabrirá las embajadas de Londres, Berlín, Roma, Ginebra y EEUU que fueron cerradas por Moncloa tras la aplicación del artículo 155. Así lo ha asegurado este mediodía el conseller de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia, Ernest Maragall, en su primera visita oficial a Bruselas y su primera comparecencia ante los medios desde que ocupó el cargo hace unas semanas. Con la intervención de hace unos meses, la oficina de la Generalitat en Bruselas fue la única que sobrevivió.
El Gobierno de Mariano Rajoy cerró todas las demás, pero consideró que la de la capital comunitaria era necesaria, pues aquí tienen también representación buena parte de las Comunidades Autónomas. Lo que sí hizo, en cambio, fue cesar de forma fulminante a su responsable, Amadeu Altafaj, un funcionario europeo que fue portavoz de Asuntos Económicos y miembro del gabinete del comisario Olli Rehn. Maragall, eurodiputado al inicio de esta misma legislatura, ha prometido que "la consellería de Acción Exterior será coherente con su denominación: actuará, estará presente en los debates europeos, en las instancias, escenarios... en defensa de los intereses de los catalanes".
Según ha desglosado, la estrategia de "normalización" tendrá tres frases, de "urgencia, consolidación y expansión". La primera es la de "recuperación y reactivación de las delegaciones clausuradas al amparo del injusto, ilegal e inaceptable uso del artículo 155." Las primeras concreciones serán la semana que viene en las sedes principales. Londres, Roma, Berlín, Suiza, Bruselas naturalmente y Nueva York o Washington, donde quizás esté la sede formal".¿Cuál es el objetivo? Un mix: representación, delegación, defensa de los intereses e "implicación en los debates europeos". Pero también, claro está, ganar terreno en el enfrentamiento entre el Gobierno de España y el catalán en el campo de batalla europeo. "Sobre la batalla del relato en la opinión publica... no soy árbitro, no sé quién va ganando y no me interesa demasiado. No quiero ser prepotente, pero sé que vamos a ganar. Pero sólo si solomos solventes y trabajamos bien. El objetivo no es ganar el relato, eso es una derivada segunda o coarta. Hay que ganar el diálogo", ha añadido inmediatamente.Según él, y a pesar de las críticas por la actitud de los últimos años en los que buena parte de la ciudadanía no se veía representada, hay que diferenciar entre su departamento y Diplocat.
"Diplocat es promoción y proyección, no representación como las delegaciones que forman parte de la estructura. Trabajaremos con la máxima convicción al servicio de los siete millones de catalanes y catalanas. Diplocat no es del Gobierno, es la marca de un consorcio en el que participan las grandes instituciones del país, municipales, empresariales... que no se dejarían instrumentalizar ni poner al servicio de alguna de las partes", ha defendido. En la segunda fase de esta estrategia, la "consolidación" habrá "una nueva visibilidad. Figuras nuevas como concepto, corresponsalías y viajes específicos a territorios en otros continentes. Lo haremos también en esta fase, a dos o tres meses vista", en la que se incluirá también la sede oficial en París. Por último, la fase de "expansión" incluirá la "decisión de nuevas sedes o nuevas figuras de presencia en el Mediterráneo, Asia, Latinoamérica, Magreb... quizás a final de año".El conseller ha asegurado que el coste no supondrá ninguna carga adicional a las cuentas públicas.
"Se hará desde luego en el ámbito del Presupuesto prorrogado actual, que tenía previsiones de gastos para estas sedes e incluso para más. No hay ningún problema en ninguna sentido de disponibilidad o suficiencia", ha afirmado.¿Ha cambiado algo la estrategia de 'internacionalización' con el nuevo Ejecutivo? Da la impresión de que no. No ha habido una sola palabra de autocrítica, reconocimiento de culpa o admisión de errores en el nuevo conseller. Al revés. Ha culpado al Gobierno español, asegurado que las instituciones y la democracia están "muy dañadas" y mantenido la línea de ataque de Carles Puigdemont a las instituciones europeas, hablando de "una omertá entre Estados, hoy por ti y mañana por mí" para explicar su posición respecto al conflicto catalán. Maragall ha asegurado que en esta ocasión no había pedido ningún encuentro con responsables europeos, pero que lo hará más adelante. Mientras se refería a la UE como "un club de Estados que actúa contra Europa" y señalaba que "la sociedad y la inteligencia y las universidades europeas están matizando" su visión y que "Europa en su conjunto está actuando cada vez con más respeto" hacia Cataluña por lo que ocurre en "la supuesta democracia" y "cada vez con más escándalo por una prisión y exilio absolutamente incompresible en cualquier criterio jurídico".
Preguntado por este diario por si considera que los ataques a la Comisión Europea o el Consejo, y a sus líderes, son la mejor vía para lograr respaldo, Maragall ha respondido sin ceder demasiado. "Estoy dispuesto a retirar el concepto de omertà si se abre un periodo en el que estos Estados admiten que la cuestión [en Cataluña]existe como lo ha reconocido la justicia y la sociedad... A esos estados les vamos a pedir o exigir que respeten sus propias regulaciones, sus tratados, que les comprometen y que no están aplicando debidamente. Tendremos una actitud positiva", ha insistido.
No parece muy probable que las instituciones o las capitales del resto de países vayan a cambiar su planteamiento internacional, y menos en esos términos. En un tono vagamente más conciliador, Maragall ha pedido a Moncloa, a Pedro Sánchez y a Josep Borrell que dejen de buscar la confrontación, que cambien la actitud de "vigilancia" por una de cooperación y se sienten para hablar "de igual a igual" con ellos. "Espero que el trabajo del ministro de Exteriores no sea contrarrestarnos. Nosotros no haremos eso, nosotros actuaremos, estaremos presentes, tomaremos posición. Yo estoy hoy aquí porque no puede estar el señor Romeva. Cuando el Gobierno español habla de contrarrestar... yo les emplazo a que nos ayude, nos refuerce, que demuestre que es un Estado que colabora con los intereses de Cataluña.
Su presencia, promoción...es la obligación del Estado, no la de vigilarnos, contrarrestarnos. Esperemos que cambien de actitud. Nuestra relación no es dependencia ni subordinación, Tenemos competencias, derechos, capacidades y las desplegaremos". Eso sí, lo que su departamento prevé es un enfrentamiento con Madrid en otro terreno. "¿Habrá una competición de quién es más europeísta? Probablemente. Borrell, quiera o no, representa un europeísmo... nosotros vamos a los Estados Unidos de Europa, una federal, con mayores competencias en el centro de decisión, más reconocimiento de la personalidad de pueblos y nacionales y regiones. El Estado español no ha sostenido más que la Unión de estados y a veces contra Europa. La unión de estados actúa ahora contra Europa", ha reiterado.

El Mundo

Catalanas Embajadas Maragall
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