Guillermo Ríos (41), de profesión paramédico, faltó a su trabajo el pasado 26 de diciembre. Su hermana, Verónica, que comparte oficina junto a él en una clínica de la localidad cordobesa de Las Rabonas, recibió la noticia de su ausencia y le llamó la atención, ya que era muy responsable. Sin dudarlo, fue a buscarlo hasta su casa, con el presentimiento de que algo malo podía estar pasando. Y no se confundió. Lo encontró muerto tirado en el patio y en avanzado estado de descomposición.
El viernes 22 de diciembre, Guillermo le había dicho a Verónica que iba a pasar Navidad en Santiago del Estero. El domingo 24 ella le mandó un mensaje y nunca recibió respuesta, aunque no se alarmó: “Cuando viajaba en general se demoraba en contestar”.
La preocupación llegó cuando desde el hospital le avisaron que no fue a trabajar. “Lo empecé a llamar y no daba con su teléfono”, contó. Sin más vueltas, fue hasta su casa, donde se encontró con la aberrante escena.
Desde el comienzo, el principal sospechoso comenzó a ser su pareja, José Ignacio Rodríguez (21), con quien convivía hace unas pocas semanas. Lo llamativo es que Rodríguez, a su vez, mantenía una relación paralela con una joven llamada Rocío Ayelén González (22), de acuerdo a lo que le contó Verónica a TN.
Luego de cuatro días, el 30 de diciembre, Rodríguez fue detenido en la localidad de Ojo de Agua, en Santiago del Estero; mientras que González también fue arrestada, pero el 5 de enero de este año en la localidad cordobesa de Arroyo de los Patos.
El hombre está imputado por “homicidio agravado por el vínculo y hurto calamitoso”. Por su parte, la mujer está acusada de ser “partícipe necesaria” en la causa que es investigada por la fiscal Analía Gallaratto. “Estamos esperando las pericias psicológicas”, indicó Verónica.
Días después del crimen, se determinó que Guillermo murió por un “traumatismo de cráneo encefálico con instrumento de tipo contuso”, es decir, lo mataron con un fuerte golpe en la cabeza.
La familia sabía muy poco de José, y recién tras el crimen se habían enterado de que estaba conviviendo con Guillermo. “Lo conocía de antes por el pueblo”, insistió Verónica. De la misma manera, señaló que no encuentra explicación de lo que pudo haber ocurrido.
Un intento de fuga que duró poco
En charla con este medio, la mujer aseguró que el 23 de diciembre, día en el que aparentemente sucedió el crimen, tanto Rodríguez como González fueron detenidos durante un control en una ruta de Mina Clavero, en la que circulaban con la camioneta de Guillermo.
De acuerdo a sus palabras, ambos “estaban alcoholizados e iban a alta velocidad” y estuvieron demorados durante una hora, hasta que los dejaron irse. “En esa guardia de policías había uno muy allegado al asesino de mi hermano”, argumentó Verónica, dando a entender el posible motivo de la liberación.
Luego de ese momento, no está claro a dónde es que fueron. Sin embargo, tal como se mencionó más arriba, Rodríguez fue detenido en Santiago del Estero, mientras que González fue arrestada en su casa de la localidad cordobesa de Arroyo de los Patos.
El viernes 22 de marzo, la familia realizó una marcha reclamando justicia por el brutal asesinato de Guillermo. Además, pidió que se investigue a los policías que estaban en la ruta cuando frenaron a los acusados.
