La vida de Vicky Xipolitakis (31) dio un vuelco hace 6 meses cuando decidió mudarse a Nueva York con Javier Naselli (52), el hombre de finanzas que la enamoró y por el que decidió dejar su vida en Buenos Aires para instalarse a su lado. En una nota para la revista Caras, la vedette mostró la mansión que el hombre tiene en los Hampton, la zona campestre donde los millonarios neoyorkinos pasan sus fines de semana.

La casa de campo tiene dos plantas, una pileta, una cava, un gran garage en el Naselli guarda sus Ferraris y un lugar donde el hombre guarda sus caballos de polo, una de sus pasiones. ?Viajé mucho pero ahora tengo mi casa en Nueva York con Javier y en Buenos Aires con mis papás y estoy más tranqui?, contó Vicky. ?Es un hombre totalmente diferente a mi. En lo único que nos parecemos es en ser buena gente. Después, Javier es lo opuesto a mí. Es perfil bajo y parece frío y calculador. Yo soy caliente y cero calculadora. Sus ojos me dieron mucha paz y me conmovió su humildad. Tiene una mirada muy noble. Siento que su amor es verdadero y que me llena?, aseguró, enamorada.

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La Griega contó que a pesar de sus miedos, el ambiente de altos ejecutivos en el que se mueve su pareja la recibió muy bien. ?Fui bienvenida de entrada y les caí muy bien y eso que los americanos son lo menos demostrativos que conocí. Pero soy viva y hablo poco y escucho mucho. Javier me había ?coucheado? un poco y me recomendó que si me preguntaban por él, sólo dijera ?es un hombre de finanzas?. Pero como yo no puedo seguir libretos o decir frases estudiadas, la primera que me mandé fue decir ?Javier es muy tranquilo como buen hombre de fianzas que es?, o sea que entendieron como que sacaba presos. Fue terrible pero a la vez muy gracioso. Porque soy espontánea y lo hice desde el amor. Equivocándome pero siendo real?, recordó, divertida su furcio.

La nueva vida de Vicky hizo que ponga sus energías en nuevos desafíos: ?¡Los viajes me abrieron la cabeza! Vi que hay personas con otra manera de pensar, otras culturas? Por eso también quiero prepararme y estoy estudiando inglés para manejar bien el idioma y poder participar en todas las charlas. Me compré una mochilita, cuadernos y lápices de colores para volver a la escuela. Porque en los eventos me limito a lo formal y en Los Hamptons, menos mal, muchos hablan español. Y, cuando no sé, me hago entender con señas?, reveló.

(Ciudad Magazine)