El 7 de agosto de 2016 un chico de 10 años murió cuando se deslizaba por el tobogán de agua Verrückt, el más alto del mundo, en el parque acuático Schlitterbahn de Kansas City (Estados Unidos).

El menor, identificado como Caleb Schwab, era hijo del legislador republicano de la Cámara de Representantes de Kansas Scott Schwab.

"Desde el día en que nació, trajo abundante alegría a nuestra familia y a todos aquellos que tuvieron contacto con él", afirmó la familia en un comunicado luego del fatal incidente.

Verrückt, un termino que en alemán significa "loco" o "demente", había sido declarado en 2014 como el tobogán acuático más alto del mundo, según los Récords Mundiales Guinness.

Su estructura de 51,2 metros de altura se asemejaba a una montaña rusa. De acuerdo con visitantes del parque, la atracción tenía arneses y ese día no habían funcionado bien.



Para acceder al tobogán, se debía subir 264 escalones y arrojarse en una balsa de goma de tres plazas a más de 100 kilómetros por hora hasta el agua.

Caleb murió decapitado cuando su gomón salió volando del tobogán.

Ahora las autoridades detuvieron a su creador, John Schooley, bajo los cargos de asesinato en segundo grado e imprudencia temeraria.

De acuerdo con los investigadores, en los seis meses que estuvo abierta Verrückt produjo 13 lesiones y dos conmociones cerebrales.



Además de la muerte de Caleb, otro de los hechos de mayor gravedad lo sufrió una adolescente de 15 años que quedó temporalmente ciega.

Además de Schooley, de 72 años, también está acusado el copropietario del parque Jeffrey Henry, por construir Verrückt sin la capacidad técnica o la experiencia suficiente.

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