El del jueves volvió a ser uno de esos días largos que vivió el fútbol en los últimos años. Reuniones informales de la mesa chica antes del mediodía en hoteles y mitin abierto a todos los miembros de Superliga más tarde. Secreto, especulaciones y pulseadas que terminaron con un anuncio pronunciado en reserva: el de Primera que pasó, pudo haber sido el último torneo con sistema de Promedios para definir los descensos.
No existe consenso entre los dirigentes, pero estarían los votos necesarios para lograrlo en la próxima asamblea de la Superliga, en la que se plasmaría el acuerdo alcanzado en el hotel céntrico, propiedad del presidente de Racing, Víctor Blanco.
Los pasos a seguir son los siguientes: tratar en tema en el comité ejecutivo de Superliga y si se aprueba en esa instancia, votación en asamblea, donde se necesitarán 13 votos para que en Primera -al igual que el Ascenso de AFA-, desaparezca el promedio.
Sin embargo la quita de los promedios no tiene que ver con la convicción de eliminar un sistema que revoca la categoría por el coeficiente de los últimos tres años, sino como solución a otro dilema que divide aguas entre los equipos que cocinan su negocio fuera de la AFA: el fair play financiero.
Desde Puerto Madero aplicaron quita de puntos -aún en suspenso- por cuestiones económicas: los clubes están auditados y los incumplimientos financieros se traducen descuento de unidades obtenidas en la tabla. Para San Lorenzo y Huracán son seis puntos menos y la imposibilidad de contratar jugadores para la próxima temporada.
Si bien fueron las entidades que conforman la Superliga las que aprobaron un reglamento de esas características, algunos ahora pretenden evitar las consecuencias: San Lorenzo -que junto a Huracán espera el fallo que confirme la quita-, fue el principal lobbista para sortear el castigo.
El presidente del Ciclón, Matías Lammens, concurrió incluso a algunas reuniones en Puerto Madero, aún cuando no es su costumbre, con el propósito de intentar una pena más blanda para su club, aduciendo que la situación económica de las instituciones es complicada. Alejandro Nadur, titular del Globo, también cuestionó el fallo.
¿Y cómo resulta abolido el Promedio en medio de casos de fair play financiero? Cómo moneda de cambio: Si no hay quita de puntos para los dos equipos penados, que tampoco haya cobijo con el descenso, ya que de mantener el sistema el próximo torneo estarían lejos de la posibilidad de descender.
Uno de los defensores del promedio fue Boca, o mejor dicho su titular Daniel Angelici, quien el jueves por la mañana se reunió junto al presidente de la Superliga, Mariano Elizondo, y Blanco. Allí, se planteó la idea de los clubes grandes de omitir las penas por cuestiones de dinero y la propuesta de terminar con los promedios, para descomprimir lo antipático del pedido.
Allí Elizondo consideró que la salida de los Promedios debía ser ordenada y con dos años de convivencia hasta su desaparición. Pero además, les recordó que ellos mismos firmaron el estatuto con la firmeza de los castigos para diferenciarse del pasado que los aunaba en el fútbol. La respuesta fue achicar la quita de puntos a la mitad y permitir fichajes.
Sin embargo, pese al cambio de parecer de Angelici, otros clubes sostienen su defensa a los Promedios: Defensa y Justicia espera reagruparse junto a otros que defiendan la quita de puntos y mantener el sistema. Por eso, no está cerrado y la decisión se ajusta a una puja que ya comenzó a desarrollarse.
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