La mesa de La Noche de Mirtha suele ser un lugar en donde los famosos comparten con el mundo entero aspectos de su vida y cuentan historias que nunca antes han revelado. En esta oportunidad, fue Graciela Alfano quién decidió revelar un secreto familiar que carga en sus espaldas, para tratar de ayudar a otros que pasan por lo mismo.

Mientras los invitados hablaban de las mascotas, la artista hizo una escalofriante confesión. "Yo no sabía por qué tenía tanta afinidad con los grupos que protegían animales, hasta que entendí que tiene que ver con un secreto familiar", comenzó relatando. "Es la primera vez que lo cuento esto. Mi padre era cazador de caza mayor, él ponía la bala en el cráneo de muchos animales y en mi casa teníamos cabezas embalsamadas. Mi mamá estaba muy en contra de esto, lo detestaba. y el final de mi padre fue con un tiro en la cabeza".

Marcela Tinayre enseguida le preguntó si se había suicidado, y la respuesta de Alfano sorprendió a todos. "No, se marcó como suicidio en Resistencia, Chaco, pero cuando fuimos a recoger el cadáver con mi mamá, el calibre de la bala que tenía no coincidía con el calibre de la pistola que llevaba en la mano. Yo tenía 12 años en ese momento".

"Cuándo fuimos a buscar el cuerpo alguien del juzgado le dijo a mi mamá: 'Señora, usted tiene una hija. Por favor olvídese de esto, llévese a su marido muerto y quiero que el apellido Alfano no se escuche nunca más'. ¡Mirá qué mala suerte tuvieron!", remató mientras el resto de los invitados miraba sin saber que decir. "Fijate el karma: era cazador y lo mataron de un tiro en la cabeza".

Graciela contó que decidió abrir su corazón para ayudar a la gente. "Siento que tengo la obligación de hacerlo público, porque de esta manera por ahí ayudamos a que la gente en su casa haga lo mismo con los secretos familiares que generan karmas. Mi padre no se suicidó, fue asesinado".

"En su momento, cuando yo empecé a trabajar todos los karmas, Luis Ventura empezó a averiguar esto y me trajo unas cartas de suicidio de mi padre. No era la letra de él, estaban escritas con errores de ortografía. Esa era la ley en el Chaco en 1965. Fue el 14 de marzo de 1965".

El hombre, según contó su hija, se encontraba en su hogar al momento de su muerte. "Teníamos la casa en Buenos Aires y mi papá viajaba por trabajo a Chaco. Por alguna razón lo asesinaron, nunca lo sabré", acotó.

"Voy a contar algo gracioso ahora para descontracturar un poco", dijo antes de culminar el relato. "Mi mamá era todo lo contrario y amaba a los animales. Él en cambio tenía un cráneo de puma con un tiro en la cabeza y le contaba la historia a todos los que venían a casa. Mi mamá estaba tan harta que un día cuando él estaba de viaje pintó el cráneo de verde y lo convirtió en una lámpara. Le arruinó la historia para siempre".

Diario Panorama