Año a año la tragedia se repite y no deja de asombrar. La historia es casi siempre igual: un hombre armado ingresa a algún establecimiento público, como una escuela o un supermercado, y comienza a disparar a mansalva, disparando a todos los que se cruzan en su camino. Para los estadounidenses, estos relatos se volvieron moneda corriente.
Debido al clima de violencia y el peligro al que están sometidos de manera casi constante, los estadounidenses comenzaron a invertir en mochilas y portafolios hechos de materiales a prueba de balas, que pueden convertirse en chalecos o escudos contra proyectiles de ser necesario.
Las mochilas están a la venta en supermercados y tiendas de artículos escolares, pero también en internet. Hay de diversas marcas, pero todas se caracterizan por lo mismo: prometen defender a quien las use de morir en un tiroteo, ya que resisten balas de diferentes tipos de armas.
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