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Salud

Suicidio: los signos que no hay que pasar por alto

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Cada 40 segundos alguien se quita la vida en un acto deliberado. Ahorcamiento, intoxicación con plaguicidas y el disparo con armas de fuego son los métodos de suicidio más utilizados, según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que se hace hincapié en el carácter prevenible de estas muertes.

Contrario a la creencia popular de que "el que avisa no se suicida", los expertos advierten que las reiteradas alusiones a la muerte, las amenazas de suicidio o los sentimientos de angustia y desesperanza deben ser tenidos en cuenta como signos de alarma.

La OMS subraya que el suicidio "es un acto de violencia, que genera para los individuos, las familias, las comunidades y los países, graves consecuencias, tanto a corto como a largo plazo, provocando efectos perjudiciales en los servicios de atención de salud".

El suicidio, por lo general, es consecuencia de la desesperación derivada o atribuible a una enfermedad física, una enfermedad mental -como la depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia o el trastorno límite de la personalidad-, el alcoholismo o el abuso de sustancias.

Sin embargo, el factor de riesgo individual más importante es el antecedente de un intento de suicidio no consumado, aunque muchas veces influyen otros como las dificultades financieras, los problemas en las relaciones interpersonales o el acoso psicológico.

"Algunos indicadores que pueden dar las personas que atraviesan una situación de riesgo es la retracción de los vínculos sociales, el aislamiento y también la irritabilidad con los más cercanos como familiares y amigos", explica el doctor Horacio Vommaro, médico psiquiatra y director de Psiquiatría y Salud Mental de INEBA.

"A su vez, las alteraciones en el ciclo del sueño -dormir durante el día y estar despierto por la noche- y la anhedonia o pérdida del deseo, son también signos de alarma a los que debemos prestarle atención. Lo mismo cuando hay reiteradas alusiones a la muerte, amenazas de suicidio o sentimientos de angustia y desesperanza", añade el especialista.

En opinión de Vommaro es importante evaluar la red vincular, comenzando por la familia y los vínculos significativos. "En los intentos o suicidios de menores hay que considerar el sentimiento de desvalimiento, de "des-auxilio", de "des-ayuda" correspondiente a sentir que el otro del cual dependen los cuidados básicos no responde al llamado", prosigue.

PREVENCION

Según detalla el psiquiatra, en la prevención del suicidio hay que tener en cuenta la modalidad clínica con la que se presenta. "En ningún caso hay que banalizar el intento suicida, ya que el 20% de las personas que lo intenta una vez, vuelve a realizarlo al cabo de un año y el 50%, luego de cinco".

"Es muy importante pedir ayuda lo más tempranamente posible y recurrir a una consulta con un profesional a pesar de la reticencia que se expresa frecuentemente. A su vez, los familiares y amigos deben acompañar con cariño y paciencia, contener y no exigir a la persona que salga de ese estado de manera repentina", advierte Vommaro.

"Si bien ha aumentado el número de países que cuentan con estrategias nacionales para la prevención del suicidio, cada 40 segundos alguien se suicida", expresó el director general de la OMS, doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, a propósito del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se celebró el martes último.

"Cada muerte es una tragedia para la familia, los amigos y los colegas", advirtió el funcionario de la OMS, quien insistió en que los suicidios pueden prevenirse.

"Hacemos un llamamiento a todos los países para que incorporen de forma sostenida en sus programas nacionales de salud y formación estrategias de eficacia probada para la prevención del suicidio", agregó Adhanom Ghebreyesus.

Pese a que el 79% de los suicidios de todo el mundo se registraron -en 2016- en los países de ingresos bajos y medianos, la tasa más elevada (de 11,5 por 100.000 habitantes) correspondió a los países de ingresos altos, en los que, además, se suicidan casi tres veces más hombres que mujeres, frente a los países de ingresos bajos y medianos, en los que la tasa está más igualada.

La OMS detalló que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, después de los accidentes de tránsito. Además, en los adolescentes de 15 a 19 años, el suicidio es la segunda causa de muerte entre las niñas (después de las afecciones maternas) y la tercera entre los niños (después de los accidentes de tránsito y la violencia interpersonal).

Respecto de las intervenciones que han resultado ser más eficaces en la reducción de los suicidios, la OMS informó que éstas fueron: la restricción del acceso a los medios de suicidio; la sensibilización de los medios de comunicación para que informen sobre los suicidios de forma responsable; la puesta en marcha entre los jóvenes de programas de aptitudes para la vida que les permitan hacer frente a las dificultades cotidianas; y la detección temprana, gestión y seguimiento de las personas en riesgo de suicidio.

En particular, la entidad sanitaria mundial resaltó la eficacia y mayor potencial inmediato para reducir el número de suicidios de la restricción del acceso a los plaguicidas que se utilizan para la intoxicación voluntaria.

"Existe un corpus creciente de datos internacionales de los que se desprende que las reglamentaciones para prohibir el uso de plaguicidas muy peligrosos pueden reducir las tasas nacionales de suicidio. El país mejor estudiado es Sri Lanka, donde una serie de prohibiciones redujeron la tasa de suicidios en un 70% y, según las estimaciones, permitieron salvar las vidas de 93.000 personas entre 1995 y 2015", precisó la OMS, que también citó el caso de la República de Corea, donde el paraquat fue la causa de la mayoría de los suicidios por plaguicidas en la década de 2000 y a partir de la prohibición de ese herbicida en 2011-2012 las muertes por intoxicación con plaguicidas se redujeron a la mitad entre 2011 y 2013.

REGISTRO

En la Argentina, de acuerdo a las últimas cifras del Ministerio de Salud de la Nación, el suicidio tiene una tasa del 7,2 por 100.000 habitantes: la cifra supera la de muerte por homicidios, que actualmente es de 5,2.

"El registro oportuno y la vigilancia periódica de las tasas de suicidio en el ámbito nacional son los cimientos de las estrategias nacionales eficaces para la prevención del suicidio", recalcó la OMS, pero aclaró que "sin embargo, solo 80 de los 183 Estados Miembros de la OMS para los que se publicaron estimaciones en 2016 disponían de registros civiles con datos de buena calidad".

"La mejora de la vigilancia permitirá establecer estrategias más efectivas para la prevención del suicidio y notificar de forma más exacta los progresos hacia el logro de las metas mundiales", concluyó la OMS en su comunicado.

AYUDA

En una guía elaborada por especialistas de Mayo Clinic, en Estados Unidos, se brindan las pautas sobre cómo actuar en caso de advertir que una persona está pensando en el suicidio.

* El primer paso es averiguar si la persona está en peligro de hacer realidad sus pensamientos suicidas. Hay que mostrarse sensible, pero hacer preguntas directas:

- ¿Cómo enfrentás lo que está sucediendo en tu vida?

- ¿Sentís alguna vez ganas de darte por vencido?

- ¿Pensás en la muerte?

- ¿Estás pensando en hacerte daño?

- ¿Estás pensando en suicidarte?

- ¿Pensaste antes en suicidarte o intentaste hacerte daño?

- ¿Pensaste en cómo o cuándo lo harías?

- ¿Podés conseguir armas o algo que sirva como tal para hacerte daño?

"Preguntar sobre los pensamientos suicidas no induce a nadie a tomar ninguna acción autodestructiva, sino que le ofrece la oportunidad de hablar acerca de sus sentimientos y eso puede reducir el riesgo de que haga realidad los pensamientos suicidas", aclaran los expertos de Mayo Clinic.

* Prestar atención a las señales de advertencia. No siempre es factible percatarse de que un ser querido o un amigo están considerando suicidarse, pero algunas señales comunes son:

- Hablar sobre el suicidio, por ejemplo, con oraciones como: "Voy a suicidarme", "Me gustaría estar muerto" o "Desearía no haber nacido".

- Conseguir un medio para quitarse la vida, como comprar una pistola o almacenar píldoras.

- Retraerse del contacto social y desear estar solo.

- Tener cambios de humor, como sentir euforia un día y estar profundamente desanimado al siguiente.

- Preocuparse por la muerte, por morir o por la violencia.

- Sentirse atrapado o sin esperanza ante una situación.

- Consumir más alcohol o drogas.

- Cambiar la rutina normal, incluido el patrón de comida y de sueño.

- Actuar de manera arriesgada o autodestructiva, como usar drogas o conducir de manera temeraria.

- Regalar sus pertenencias o poner en orden sus asuntos, sin ninguna otra explicación lógica para ello.

- Despedirse de la gente como si no fueran a verse otra vez.

- Mostrar cambios en la personalidad o presentar extremada ansiedad o agitación, especialmente si esto va acompañado de algunas de las señales de advertencia antes mencionadas.

* En caso de que alguien haya intentado suicidarse, no se debe dejar sola a la persona. Es necesario llamar de inmediato al número local de emergencias o acompañar a las persona a una sala de emergencias del hospital más cercano, siempre y cuando se crea poder hacerlo sin peligro para nadie.

"Si un amigo o un ser querido habla o se comporta de manera que te hace pensar que tal vez intenta suicidarse, no trates de manejar la situación por vos mismo, sino que es mejor buscar la ayuda de un profesional capacitado lo más pronto posible. Muchas veces es necesario hospitalizar a la persona hasta que pase la crisis suicida", finalizan.

La Prensa

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