En la localidad bonaerense de Merlo, un pirata del asfalto fue abatido a balazos por un efectivo de la Policía de la Ciudad, quien lo sorprendió en el jardín de su vivienda, mientras fugaba de los integrantes de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, con quienes, minutos antes, se había enfrentado a disparos. El ladrón, en compañía de otros 2 hampones, habían tratado de desvalijar a un repartidor que hacía tarea de delivery. Los pesquisas detuvieron ileso a otro de los marginales.
Al respecto, los voceros de los tribunales de Morón revelaron a cronica.com.ar que los hechos comenzaron cuando 3 integrantes de la Dirección Departamental de Investigaciones (D.D.I.) de Moreno - General Rodríguez observaron a los 3 malvivientes, quienes trataban de desvalijar al repartidor, quien se hallaba a bordo de una motocicleta, en el cruce del Camino de la Ribera e Independencia, a pocos metros del río Reconquista, en Merlo.
De acuerdo a lo manifestado por los informantes, los ladrones emprendieron una fuga a la carrera de 5 cuadras y entonces uno de ellos ingres. a la parte trasera de una finca situada en Independencia al 3600, entre Azopardo y Lavalleja, donde vive un oficial primero de la Policía de la Ciudad, de 31 años, quien, tras escuchar las detonaciones de las armas de fuego, se había apoderado preventivamente de su pistola Bersa Thunder 9 milímetros.
Trascendió que el oficial de la policía capitalina se enfrentó a disparos con el asaltante, quien cayó abatido junto al cerco perimetral de la vivienda y que después fue identificado, de manera oficial, como Marcelo Barrientos, de 24 años y apodado Magui, a quien se le incautó un revólver 32 largo.
Por su parte, los efectivos del Comando Patrulla (C.P.) de Merlo apresaron ileso a un individuo en la esquina de Azopardo e Independencia, estimándose que era uno de los cómplices de Barrientos.
Intervino en la causa, que fue caratulada "Tentativa de robo calificado, atentado y resistencia a la autoridad y homicidio", el doctor Leandro Tomasone, de la Unidad Funcional N° 7 del departamento judicial de Morón, quien resolvió no detener a los efectivos policiales, porque consideró que obró en legítima defensa.
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