
San Lorenzo logró una victoria clave en casa frente a Godoy Cruz, en un partido cargado de nerviosismo y con poco fútbol, pero que terminó siendo un desahogo para sus hinchas. El 2-0 en el Nuevo Gasómetro sirvió para cortar una racha adversa tras tres clásicos sin festejos y, sobre todo, para seguir prendido en la parte alta de la Zona B.
El encuentro arrancó trabado y sin dueño claro de la pelota. El Tomba intentó aprovechar errores defensivos y algunas salidas en falso de Gill, pero careció de peso propio en ataque. Del otro lado, el Ciclón se apoyó en la conducción de Facundo Gulli, que casi abre el marcador con un remate al palo, y en la movilidad constante de Alexis Cuello y Matías Reali.
La diferencia llegó antes del descanso: Jhohan Romaña ganó en el aire y, tras la jugada, Gastón Hernández, que cumplió 100 partidos con la azulgrana, puso el 1-0. En el complemento, un penal a toda velocidad de Ezequiel Cerutti derivó en la falta de Andrés Meli y la conversión de Cuello, que selló el 2-0 y le dio aire al equipo de Ayude.
Godoy Cruz nunca pudo adueñarse del trámite y apenas inquietó con un gol anulado a Agustín Auzmendi por posición adelantada. San Lorenzo también pudo ampliar la ventaja, pero se topó con las atajadas de Franco Petroli, que le negó el gol a Reali en una de las más claras.
El cierre encontró al Ciclón defendiendo con oficio, con siete juveniles en cancha, y a su gente cantando con orgullo por la cantera. El contraste fue total: mientras el Tomba apenas suma una victoria en los últimos 14 partidos, San Lorenzo se anima a soñar con las copas en plena crisis institucional.