Saltar menúes de navegación e información institucional Teclas de acceso rápido

Click aquí para activar las notificaciones y recibir las noticias directamente en su escritorio.

Espectáculo

Meg Ryan regresa al cine 15 años después

Compartir: Enviar Imprimir

En los noventa, Meg Ryan lo era todo. Desde 'Top Gun', en la que la descubrimos emparejada con Val Kilmer, dio luz, inteligencia e imperfección justas para convertirse en el representante de las más grandes comedias románticas, aquellas que citamos una y otra vez al justificar por qué nos parece un género ineludible: 'Cuando Harry encontró a Sally' (Rob Reiner, 1989) y el díptico de 'Algo para recordar' (1993) y 'Tienes un e-mail' (1998), ambas dirigidas por Nora Ephron.
Es la versión femenina de Tom Hanks, peleona y con garbo pero imposible de recelar. Sin embargo, Meg Ryan quiso demostrar que podía hacer algo más que de chica buena y aceptó protagonizar 'En carne viva', un 'Se7en' releído por Jane Campion con todas las dosis de gore y sexo... Un auténtico desastre en taquilla. La prensa, que ya se había cebado con el divorcio de la actriz con Dennis Quaid y su separación con Russell Crowe, acaba de hundir la imagen de la actriz. Ninguna de sus películas funciona como antes.
A excepción de unos pocos cameos, en 2009 le perdemos la pista. Nunca en quince años se ha vuelto a poner delante de una cámara. En 2015, Meg Ryan reaparece debutando como guionista y directora de 'Ithaca', un dramón de mucho calibre ambientado en la Segunda Guerra Mundial. Lo tildan de verborreico y agotador.
Pero Meg Ryan empieza a escribir una nueva película en pandemia, casi como un proyecto personal. Se trata de 'Lo que sucede después', una deconstrucción de una relación fallida, una historia de desengaño y un regreso al género de la rom-com con la perspectiva que da el tiempo. Hoy la actriz la presenta en el BCN Film Fest, y durante una entrevista con medios españoles, habló de su desaparición del cine, de la vieja comedia romántica, del #MeToo, de su legado, de su arrepentimiento y de su futuro.
¿Cómo recuerda su relación con Nora Ephron?
Hacía que todo se viera tan fácil. Y después de dos películas yo me he dado cuenta de que dirigir no es tan fácil. Nora fue una auténtica experiencia en mi vida. Habiendo trabajado tanto con ella, dejó de ser sólo una directora y se convirtió en una amiga, o una mentora. He pensado en ella cada día de este rodaje. Me he dado cuenta de que se encargaba de toda una serie de cosas a las que no prestaba atención. Sabía cómo hacer que un set se sintiera hogareño, o como una fiesta de la que no te quieres ir. Su inteligencia era una armadura que mantenía sus ideas a salvo, de forma que nunca necesitaba levantar el puño. Era más inteligente que todos, y más divertida. Y escuchaba. Estos tres factores, juntos, son increíbles. Mucho del diálogo de la película está escrito como creo que lo hubiera hecho ella y muchas de las escenas hablan directamente a una época en la historia. Nora creía que las comedias románticas hablaban directamente del momento cultural que las generaba.

Pero David Duchovny (su pareja en la película) lo primero que hace en la película es desconectar un panel publicitario de una comedia romántica para cargar su teléfono. ¿La comedia romántica clásica está muerta?
Yo quería que esta hiciera evolucionar el género, todos los directores queremos eso. Mi película mira de reojo a la rom-com, entendida como una historia de amor en futuro. Sus dos protagonistas miran al pasado y se preguntan: ¿por qué no me quisiste lo suficiente? Tratan de dar sentido a una vida que no han vivido juntos, y eso no es muy habitual en las comedias románticas.
¿Cómo cree que los últimos eventos del feminismo, como el #MeToo, han afectado a las comedias románticas?
Hablo por mí, pero yo me he hecho cargo (“taken charge”, con “cargo” como puesto y responsabilidad). He escrito, producido, dirigido y protagonizado mi película, y lo mejor es que he podido decir lo que quería. Aunque no controle cómo se me va a interpretar, por lo menos no se lía el mensaje. Ahora las mujeres [como yo]dicen lo que quieren (“mean”). En esto no sé si Nora fue una pionera, pero seguro que aportó a la historia. Yo sólo espero que mi trabajo aporte.
¿Está de acuerdo con Jane Campion, cuando dice que el #MeToo es el momento más importante de la historia del cine?
Mi hija estaba en cuarto de primaria cuando se hizo público el caso de Harvey Weinstein. De forma inmediata, a los niños y a las niñas de su clase les enseñaron sobre consentimiento, sobre el “no es no”, lecciones que en mis tiempos nunca hubiéramos tenido. No sé qué decirte sobre el cine, porque aún me considero una novata, pero para la generación de mi hija ha sido importantísimo.
Esta película también trata sobre el arrepentimiento.
Clarísimo. Lo que no se dijeron, lo que no hicieron. Y es verdad que en la vida hay gente que marca nuestro camino para siempre, ya sea en relaciones de pareja o no, que nos cambian y nos hacen ir hacia otra parte. Mis personajes han determinado la vida del otro, aunque no se vieran desde que tenían veinte años. Yo puedo pensar en algunas personas que han influido en mi carrera con una fuerza similar, aunque la película no quiera ser una recreación.
¿Y usted se arrepiente de algo en su carrera? Si pudiera volver al pasado, ¿haría las cosas diferente?
No, no creo. Empecé trabajando tan joven y me sentía tan ligada, tan expuesta… Pero no sé, algunas veces aún siento que descubro que la mayoría de la gente me ve. La gente es extramaja, cuando no tendría por qué ser así. Reconozco que la fama para mí ha sido como una burbuja. Y estos diez años [de parón]no han sido buscados, y muchísimas otras cosas me han influido. Sólo siento que como artista tienes que cambiar. No puedes ir diciendo lo mismo una y otra vez. Si hubiera hecho esta película hace diez años, hubiera sido más idealista, pero creo que esta es una obra más madura justamente porque he vivido una vida [entre medio].
¿Qué ha aprendido sobre actuar que le ha servido para dirigir?
Bueno, qué tan a menudo los actores no quieren ser dirigidos (ríe). No, en serio. Tienes que tener ojo para saber qué actores quieren ser dirigidos y cuáles no. En mi otra película como directora había muchos más personajes, y por ejemplo Sam Shepard no quería que le dirigiesen, ni quería hablar de la vida de su personaje. Luego están los actores que sí, los que tienen un método muy determinado, están los niños… ¡Todos lo hacen diferente! Por suerte, David es una pareja perfecta. Acababa de dirigir y protagonizar su propia película [‘Bucky F*cking Dent’, en Tribeca]así que sabía por lo que yo estaba pasando y me ayudó muchísimo. También he aprendido que tengo que relajarme, porque los únicos momentos en los que podía hacerlo eran durante las tomas. Dirigir trata en el fondo de microgestionarte y saber muy bien dónde estás en cada momento. Willa no sabe nunca dónde está, así que yo podía pasarme tomas enteras tirada en una silla. Como actriz, de esto sí me arrepiento: he descubierto que actuar es poder relajarte, y me gustaría volver a hacerlo.
¿Qué relación tiene con su legado? Para mucha gente usted es la reina de las rom-coms.
Creo que el género de la comedia romántica tiene que evolucionar, y sobre mi legado… Es que no pienso mucho en ello.
¿Era consciente de que el orgasmo de ‘Cuando Harry encontró a Sally’ se convertiría en una de las escenas “de sexo” más icónicas de la historia?
Bueno, nunca sabes con qué se quedará la gente. La función del cine es hacer que nos sintamos, y culturalmente hacernos sentir menos solos. El cine ni siquiera sirve para aprender, sino para sabernos en comunidad. Una comunidad de directores haciendo algo para una comunidad de espectadores.
¿En qué ha mejorado el cine durante todos estos años?
Que hoy tenemos a más mujeres directoras. Que hoy no os es raro estar hablando con una mujer directora. En tiempos de Nora Ephron esto no era así en absoluto.
¿Qué planea para el futuro?
Pues con un poco de suerte, dirigir algo más. No quiero volver a actuar en algo que también dirija, porque soy una persona muy visual y el mayor goce de hacer esta película fue confeccionar toda la escena, este mundo mágico hasta el menor detalle. Saber qué quitábamos del aeropuerto y saber con qué lo volvíamos a llenar. Dirigir me encanta.
Entiendo que actuar supone dividirse demasiado. En la película, Meg Ryan pregunta a su expareja si se considera “in a trip or in a journey”, distinguiendo en inglés el viaje como proceso para llegar a algo (“trip”), o como algo valioso en sí mismo (“journey”). ¿Su vida es un “trip” o un “journey”?
Es un “journey”. Cada día descubro cosas que no sé. Nunca me he sorprendido por lo que no sé, pero sí por lo que sé, lo que he ido aprendiendo por osmosis… Y todo lo que mi cuerpo aún recuerda, incluso después de diez años.

Fuente: Diario Panorama
Actriz Meg Ryan Regresa cine 15 Años
Compartir: Enviar Imprimir

Teclas de acceso