En plena pandemia, Mirtha Legrand decidió resguardarse en su casa y no salir para nada. Dejó la conducción de sus programas y en su lugar puso a su nieta, Juana Viale. En este año y medio, la diva de los almuerzos contó que lo que más la angustiaba era no poder salir a tomar el té con sus amigas e ir al teatro.
Habiendo recibido las dos dosis de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus, Mirtha decidió empezar a llevar adelante su vida cotidiana. Acompañada por Juana, se acercó al Teatro Astral para ir a ver Dos locas de remate, la pieza que protagonizan Soledad Silveyra y Verónica Llinás.

Acudiendo a los protocolos de rigor, siempre con el barbijo puesto y sin permitir que se le acerquen demasiado, ingresó a la sala ubicada en plena calle Corrientes. Los encargados del teatro, cuando fueron advertidos de su llegada, rápidamente vallaron el lugar para dejarle un camino libre, para que se respete la distancia social.

Cubierta con un sobretodo, bufanda, guantes y un look impecable, sin perder su costado más coqueto, se resguardó del frío. Al paso, saludó a los periodistas, fotógrafos y todo fans que apenas la reconoció se apostó para brindarle un cordial cariño. La acompañó su nieta Juana y el diseñador de modas Gino Bogani. Al finalizar la función, las actrices se acercaron para saludarla y agradecerle.

Hace dos semanas, Juana le mandó un mensaje teledirigido a Legrand desde La noche de Mirtha. Luego de saludarla, comentó: “Le voy a proponer a mi abuela en cámara, que vayamos juntas al teatro. Tengo muchas ganas de ir a ver la obra de Verónica Llinás con Solita Silveyra, así que podríamos ir”, dijo, y las postales dan crédito de que la convenció.