Una bebé llamada Maya, oriunda de Irlanda, sorprendió a los médicos y a su propia madre cuando, estando aún dentro del vientre, ya contaba con una gruesa y negra cabellera que a las 34 semana de gestación era visible en las ecografías.


Alexandra Jechorek, de 21 años, quedó embarazada por segunda vez, pero la sorpresa llegó cuando en una de las ecografías notaron que Maya tenía una gran cantidad de cabellera. Tanto ella como el personal de salud que la asistía quedaron desconcertados con la imagen de la niña, que estaba en perfecto estado de salud.

Al nacer la melena le cubría las orejas y casi le llegaba hasta el cuello. Su espesor y dureza también resultaron inusuales para los médicos.
“Las enfermeras y los médicos se volvieron hacia mí y me dijeron que nunca habían visto a un bebé con tanto pelo en todo el tiempo que llevaban trabajando en el hospital", asegura Alexandra.
Actualmente, la cabellera de la pequeña, de un año, ya le roza la parte superior del pañal, y la madre de Maya cuenta que pasa al menos 20 minutos acondicionándola y cepillándola todos los días.

"Nunca le corté el pelo. Creo que es muy hermoso y quiero que lo deje crecer tanto como quiera'', añade la joven madre.
El aspecto de Maya parece ser una casualidad sin antecedentes familiares, y es un factor bastante inusual en los bebes, siempre llama la atención dondequiera que vaya, además de hacerla parecer mucho mayor de lo que es.