La alcaldesa de la ciudad, Chiara Appendino, se refirió al caso en Facebook e insistió en la necesidad de crear una ley al respecto.
"Afortunadamente, el hombre contratado se negó a realizar un acto tan cruel como insensato y confesó todo a la víctima, que pudo así presentar cargos. Este odio debe ser derrotado lo antes posible. Sin excepción", contó la funcionaria.
El padre, condenado a dos años de prisión, ofreció un pago de 2500 euros por la agresión, con la indicación: "Mi hijo es un delincuente, rompele los dedos".
De acuerdo con los informes judiciales, el encargo se produjo en abril de 2017 y, tras la revelación del eventual contratado, la víctima inició una batalla legal contra su progenitor.
Medios locales aseguraron que años antes el anciano ya había protagonizado otros tipos de agresiones, insultos y persecuciones contra su hijo, de 45 años, quien trabaja como cirujano.
De hecho, en febrero de 2017 contrató a dos hombres para golpear a la pareja del doctor, quien tuvo que recibir atención hospitalaria, según RT.
De acuerdo con el fiscal del caso, tanto el hijo como su madre habían desarrollado un "temor fundado por su seguridad y la de las personas vinculadas a ellos, lo que los obligó a modificar sus hábitos".
El cirujano contó a los investigadores que sentía que lo estaban persiguiendo, lo que lo obligó a cambiar las cerraduras de su casa y a depender de sus amigos para protegerse.
"Aparte de los pacientes que conocía, tenía miedo de hacer visitas, sin saber nunca con quién podría encontrarme", declaró el hombre.
Desde el colectivo de derechos LGBTI Arcigay Turín expresaron su solidaridad con la víctima y señaló que "ninguna persona debe vivir con miedo por su orientación sexual e identidad de género".