Trabajo a destajo, trabajo que no cesa, la dura realidad de la dependencia de no tener un plan B para abastecer a toda una ciudad de un elemento tan esencial, como es hoy por hoy, el agua.
Párrafo aparte debe ser el esfuerzo denodado que han hecho las distintas cuadrillas de Saneamiento en el arreglo del acueducto que lamentablemente volvió a romperse ayer por la noche y otra vez volvimos al punto de partida.
La otra situación es la que se vive dentro de las casas, los hogares con miles de historias que habrá para relatar, claro todas llenas de angustia porque se trata de un elemento esencial para la higiene que ya hoy es una acción casi de vida o muerte.
Otra lectura es que no se comunicó masivamente, para que la comunidad estuviera al tanto y se tomaran los recaudos necesarios, aunque a esta altura, de poco habría servido, ya que van casi 60 horas sin agua corriente.
Sólo es el esfuerzo de un grupo de trabajadores que están allí en medio del agua, tratando de solucionar un problema que ahora explotó, pero que en realidad viene de larga data, por la falta de inversión, dirán algunos, puede ser, pero lo triste, es entender que a nadie se le ocurrió establecer un dispositivo alternativo.
SPSE silencio de radio, parecería que el titular de la cartera no sabe lo que pasa o no se anima a contar qué está sucediendo o por ahí tampoco puede precisar cuándo vamos a tener agua en Río Gallegos, porque no se consigue el repuesto, una barbaridad que nadie diga nada, es decir alguien con rango dentro de la empresa pública.
