En los últimos días, las ministras de salud de la Nación y de Santa Fe, Carla Vizzotti y Sonia Martorano respectivamente, remarcaron que el ingreso de la cepa Delta es inminente. Ante esto, el reconocido infectólogo Hugo Pizzi apuntó a profundizar dos cuestiones: la aceleración en la colocación de las segundas dosis y el uso del barbijo. Así lo transmitió en diálogo con Buen Santa Fe.
“Estamos tratando de evitar o, por lo menos, tratar de que sea lo más liviana posible. Hay un componente científico que da la sensación de que las variantes que están ocupando el lugar están demorando la entrada de la Delta. Especialmente la Andina y la Manaos. Tenemos que apurarnos para colocar las segundas dosis: con dos dosis y el barbijo es difícil contaminarse. Generalmente, Delta entra por el no uso de barbijo. La curiosidad de Delta es que hace una incubación corta: de tres días. Durante esos días, aunque no tenga síntomas, yo estoy contaminando también. Tenemos que aprovechar este espacio de un mes para colocar la segunda dosis. El barbijo es fantástico. Es una barrera excelente”, comenzó diciendo Pizzi.
En los últimos días falleció el caso cero de la variante Delta en Córdoba, donde se encuentra trabajando Pizzi. Este sujeto, justamente, no cumplió con el aislamiento y obligó a que cientos de personas deban aislarse y, también, muchas de ellas se contagien. A partir de esto, el infectólogo mostró su asombro “por la cantidad de tramposos que tenemos en una sociedad. Nos dice Migraciones que mienten, hacen declaraciones falsas. Y después, otros que dicen que hacen el aislamiento y fíjense lo que pasó en Córdoba: miles de aislados, muertos. Hay un grupo de gente que se está comportando peor que el virus y está en nuestra sociedad”.
En este sentido, remarcó que el comportamiento social pudo haber acabado con la propagación de la enfermedad. "El virus de Wuhan que surgió el año pasado es frágil, pero lo que salió de su raíz, las mutaciones, han sido superiores en cuanto a contagiosidad y destrucción. El del año pasado, con disciplina, lo podíamos haber llevado a la mínima expresión. Pero disciplina hubo poco. Un 65% se cuidó y un 35% hizo un daño irreparable: nunca dio una mano, nunca ayudó. De ese 35%, el 10% está compuesto por antivacunas y el 25%, de indolentes que les importa poco. Pero son los primeros que piden las mejores camas y los mejores profesionales a su disposición”.
En cuanto a la importancia de completar esquemas de vacunación, enfatizó que la combinación de dosis es apta y genera inmunidad. “Llamamos a voluntarios que tenían una sola dosis y colocamos una segunda diferente. El estudio se hizo a los meses y los resultados son óptimos: no hubo efectos indeseados y los anticuerpos subieron muy bien. No hay que tenerle miedo a la combinación. La ministra dijo que no es obligatorio: cada uno elige”.
Finalmente, dejó recomendaciones a la sociedad en cuanto a cuidados personales. “Es un error dejar el barbijo. Nos está salvando de muchas circunstancias. Es una barrera infranqueable cuando se usa bien. Delta se acumula 1260 veces más en nariz y boca. Y ser cuidadosos con lo que uno hace: no estamos en condición de hacer cambios de fluidos, besar bocas extrañas. Los que utilizan transporte público, los que tratan con la gente: usen el barbijo. No olviden de lavarse las manos con alcohol en gel. Con barbijo y dos dosis, tengan en claro que es muy difícil contaminar”.