Al cabo de un operativo que se concretó en la localidad bonaerense de Villa Domínico, los policías de la Dirección Departamental de Investigaciones (D.D.I.) de Avellaneda – Lanús detuvieron a un sujeto que era buscado desde 2008, por haber asesinado a un hombre, a quien le disparó un balazo en la cabeza, en un complejo habitacional en esa misma zona del Gran Buenos Aires. El delincuente se escondía en un monoblock situado justo frente al cementerio municipal de Avellaneda.
Los voceros del departamento judicial de Lomas de Zamora afirmaron a cronica.com.ar que el hampón, llamado Sebastián Horacio, se mantuvo prófugo durante 12 años por el crimen de Rodolfo Maximiliano Leguizamón.
Trascendió que el ilícito ocurrió el 3 octubre de 2008, cuando 3 marginales provistos de armas de fuego interceptaron a la víctima en las inmediaciones de las torres N° 22 y 56 de un complejo habitacional, en Posadas al 1400, en la Villa Corina.
Por motivos que se intentan determinar, en el lugar se originó un violento altercado, ocasión en la que Leguizamón fue agredido a disparos en la cabeza y finalmente pereció a raíz de las graves heridas.
Mientras tanto, los malvivientes escaparon y luego se refugiaron en las calles del humilde vecindario, en el sur del conurbano provincial.
Según los informantes, gracias a las pacientes tareas investigativas, se determinó que Sebastián Horacio estaba oculto en un departamento de la Torre C, en el mismo complejo habitacional, pero en Calixto Oyuela al 1500, justo frente a esa necrópolis, lo que generó que pesquisas de esta D.D.I. resolvieran desplegar una discreta vigilancia en las cercanías del mencionado domicilio.
De esta manera, los efectivos apresaron al individuo, de 31 años, quien está sindicado como uno de los responsables materiales del fusilamiento de Leguizamón.
Con respecto a los móviles del crimen, se sospecha que la víctima tenía viejas diferencias barriales con los delincuentes.
Autoridades de la Superintendencia General de Investigaciones en Función Judicial de la Provincia de Buenos Aires se ocuparon de supervisar las distintas diligencias encaradas para la captura del brutal malviviente.
En la causa, que se caratuló “Homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, tomó intervención la Unidad Funcional N° 3 de Avellaneda, dependiente de los tribunales lomenses.
