
Los resultados preliminares de la autopsia a los cuerpos de la familia asesinada en Villa Crespo confirman el peor escenario: Laura Leguizamón mató a puñaladas a su pareja, Adrián Seltzer, y a sus dos hijos, Ian (15) e Ivo (12). Luego, se habría quitado la vida con una herida en el pecho.
Uno de los datos más escalofriantes es que los dos niños sufrieron más heridas cortopunzantes que su padre. Según el informe del Cuerpo Médico Forense, Seltzer presentaba tres heridas distribuidas en distintas partes del cuerpo. En cambio, Ian e Ivo tenían múltiples lesiones, lo que indica un grado mayor de violencia.
En el cuerpo de Leguizamón, de 51 años, los forenses detectaron una herida fatal en el pecho y un rasguño en el cuello, que sería compatible con un intento de defensa por parte de una de las víctimas.
Se halló lo que sería una marca de uña clavada, posiblemente de uno de sus hijos. Por esa razón, las manos de los cuatro cuerpos fueron preservadas para realizar cotejos de ADN, una prueba que podría confirmar quién intentó defenderse.
Además, en las manos de la mujer se encontraron cabellos que pertenecerían a una de las víctimas.
La autopsia también reveló que se usaron al menos dos cuchillos distintos, aunque uno de ellos —con hoja ancha— tenía la mayor cantidad de sangre, lo que coincide con el tipo de heridas observadas en los cuerpos.
En la vivienda, los investigadores encontraron medicación psiquiátrica, posiblemente antidepresivos. Ahora, el foco está puesto en identificar al o la profesional de salud mental que atendía a Leguizamón, para establecer si había signos previos de desestabilización emocional y qué dosis o combinación de fármacos estaba consumiendo.