Una joven denunció al dueño y la supervisora de un estudio contable en ciudad de Cutral Có por acoso sexual y maltrato. La víctima tomó la decisión después de soportar durante un año y medio situaciones irregulares.


"Nadie denuncia para no perder su trabajo y porque él tiene muchos contactos y todo queda en la nada. Necesito que esto se haga público", dijo la chica de 20 años al diario LM Neuquén.
"En el caso de la encargada, siempre hubo maltrato psicológico. Si cometíamos algún error nos ninguneaba, nos trataba de inútiles. Era de lo peor", contó la joven. Pero según su testimonio, fue el único empleado varón de la oficina quien se llevó la peor parte. En su caso, el maltrato verbal de la supervisora se volvió físico y llegó a pegarle "un palmetazo" en el brazo.
Por su parte, el contador y dueño del estudio, concentraba sus atenciones para las empleadas mujeres. "Nos dejaba notas o flores en nuestros escritorios. Incluso, en varias oportunidades nos quería pagar de más porque, según él, lo merecíamos por ser lindas", relató.
Durante varios meses cada una de ellas por separado se sintió objeto del acoso sexual de su jefe hasta que un simple cambio de hábito les hizo advertir que todas eran víctimas de su conducta.
"Llegamos a evitar ir a la cocina porque solía estar ahí y te manoseaba al pasar. Si le decías algo, era como hablarle a la pared", recordó con indignación la denunciante. Sin embargo, la gota que rebalsó el vaso llegó a principios de este mes en el lugar menos esperado.
"Estaba en el baño y cuando miré hacia arriba vi a mi jefe espiando por el ventiluz. Ahí dije basta", remarcó la joven, que renunció a su trabajo y fue a radicar la denuncia en la Comisaría de La mujer.