Hace un mes la familia estaba en el patio tomando aire en la localidad de la Tablada, cuando de pronto Noha, de 1 año, rompió en llanto. Enseguida su mamá lo alzó y vio que estaba lleno de sangre. Corrieron al hospital Ballestrini. En la guardia le dijeron a la mamá que a Noha lo había mordido un perro.
La herida se infectó. Le hicieron una placa y le diagnosticaron un absceso. Pero ningún profesional de la salud interpretó que el origen del pus era una bala, un cuerpo extraño dentro del de Noha.
El jueves, mientras Noha estaba con su mamá en la casa de su bisabuela, ambas sienten un ruido y descubren que una bala cayó de la pierna de Noha. Nuevamente fueron al hospital Ballestrini. Allí, recibieron el proyectil y maltrataron a la mamá.